Quebrantamiento

Quebrantamiento

Quebrantamiento… Tal vez caminabas por el sendero de tu confianza, de tu control, de tu verdad. Tal vez viste la vía perfecta, sin huecos, sin obstáculos, sin nada que te imposibilitara a andar y seguir. Creíste que todo estaba bien, que todo lo que habías imaginado era lo que vendría sobre la mesa, sobre el camino, sobre el sendero. Ibas a mil por hora, a millas por segundo, sin que nada te detuviera. Creíste tener el mundo en tus manos, aunque aparentabas algo diferente. Aunque creías que dabas el control al universo mismo ¿Verdad que no fue así?

Se quebró la calle, ya no pudiste caminar con tus tacones, con tu carro favorito, con tu mejor pinta, con el mejor peinado. Se quebró la calle y tuviste que detenerte y dejar de avanzar como lo hacías antes, tuviste que mírate al espejo y entender que no había una verdadera identidad en ti.  Que tal vez aparentabas al mundo lo que no eras. Y llego la pandemia y te tuviste que enfrentar a ti mismo, a ti misma. A quien eres en verdad.

Ya no son las apariencias de este mundo sino tú en babuchas, en chanclas, en tenis. Tú en los días en que dejaste incluso de bañarte, de caminar, de comer, de ser lo que mostrabas al mundo. Ya nadie te alababa, ya nadie te honraba, ya nadie estaba ahí para ti. Ya nadie quería venir.

Se quebró el camino para bien para corregir el sendero, para cambiar el rumbo, para poner tus pies sobre la tierra. Para que veas quien eres realmente frente al espejo. Se quebró el camino para cambiar el rumbo, para dibujar otro horizonte. ¿Perdiste? ¿Crees que realmente perdiste? Perdiste tu confianza en lo que te sostenía. En lo que era tu identidad. Perdiste el amor, perdiste la confianza, perdiste la fe ciega, perdiste y llego el quebrantamiento.

Ahora caminas en un rumbo no determinado y eso es lo que mas te cuesta. No saber que sigue, no tener el control, no avanzar, no ver un horizonte claro.

¿Se quebró el futuro? ¿Se quebró el horizonte? Tal vez se quebró lo que soñaste, pero no tu futuro. Tal vez creíste que todo sería como un camino recto para avanzar y avanzar, pero a veces son necesarias las grietas para que te detengas y te mires al espejo y seas tú mismo, tu misma.

No pongas tus ojos en lo que crees que te pertenece porque nada te pertenece. A la final en tu lecho de muerte solo quedas tú y te darás cuenta de que nada de los que perdiste te pertenece. Así que suelta lo que crees que es tuyo, suelta tu casa, suelta tus hijos, déjalos ser.

Avanza como si fueras solo por el camino, sin apegos, sin dependencias ni materiales ni emocionales. Ama sin pedir a cambio, cree sin esperar honra o fidelidad. Ama con un amor puro y sincero.

Tal vez lo que perdiste es lo que creías poseer y ya no está. Por eso cuesta tanto en el corazón, porque ahora tu realidad, tu presente y tu futuro se tornaron en otros matices en otros colores. Exactamente, en otros colores que traerán nuevas flores, nuevos panoramas, nuevas formas de ver la vida. Ese nuevo panorama que traerá una versión de ti que desconocías. Ahora aprecias mucho mas lo que antes era obvio. Disfruta de las nuevas historias y los nuevos contrastes. Disfruta de la nueva versión de ti mismo de ti misma. No te llenes de dolor y amargura. Solo DISFRUTA DEL CAMINO aunque este quebrado, aunque haya cambiado.

Te invitamos a compartir y conversar sobre tu experiencia en nuestro foro.

“con amor” Vivi 🙂

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