Acompañando el dolor
Acompañando el dolor….La partida de un ser querido, la pérdida de un trabajo o un cambio inesperado en nuestro estado de vida, son situaciones que vivimos a diario en nuestra humanidad. Seguramente alguna vez hemos acompañado a un amigo en la pérdida de un familiar o hemos abrazado a nuestro hermano por la partida de su mejor amigo, o tal vez hemos sentido el dolor reprimido en el corazón de nuestro cónyuge por la muerte temprana de su madre; quizás, sin ser tan específicos, hemos sido esa persona que hace parte de la vida de quién está sufriendo. Simplemente nos encontramos acompañando el dolor.
Sin duda alguna, el dolor de quien vive en carne propia una situación difícil siempre tendrá que pasar por un duelo, pero ¿y las personas que son cercanas al “protagonista”? ¿qué ocurre con ellas? ¿Qué puede estar sintiendo ese amigo que abraza y que acompaña, ese hermano que consuela, ese esposo(a) que tolera al ser amado?
Si en algún momento de tu vida has estado acompañando el dolor, viéndolo tan cerca, pero sin poder sentirlo como lo siente quien lo está viviendo, solamente queriendo apaciguar, así sea solo un poco, de alguna manera, esa amargura de tu ser querido; sintiéndote impotente en aquella situación, quiero decirte que no eres el único.
Hoy, hay en todo el mundo personas como tú, que intentan consolar a su ser amado, Acompañando el dolor.
Al verte junto a ese ser amado que sufre, quizás te preguntes:
¿Quién soy yo para consolarte? Pues aquí está la clave, la pregunta no es ¿Quién soy yo…? Porque la respuesta vendría desde el propio ego, la pregunta correcta es ¿Quién eres tú en mi vida? Y cuando respondas a esta pregunta, simplemente estarás dispuesto a estar ahí, escuchando, acompañando incondicionalmente, en la mayoría de los casos sin pronunciar una sola palabra, sin sentir responsabilidad alguna sobre el dolor de tu ser querido, con los brazos abiertos y sin pretender ser “el salvador” de la situación.
Suena más fácil de lo que realmente es, pero debes sentirte tranquilo, poniendo a disposición de esa persona que amas, tu habilidad de escucha y tu compañía, es lo único que ella o él necesita de ti. Por eso no vale la pena pensar en que su dolor está en tus manos, ni que tu debes ser ese alguien que haga algo para sanarlo, pues lo mejor que puedes hacer es solo estar ahí consciente, generosa y empáticamente.
Ser TU para tu ser amado.
De forma práctica, mantente en paz contigo mismo, no es tu responsabilidad lo que él (ella) está sintiendo, identifica qué tan incómodo es hablar de su dolor y no insistas en hacerlo si aún no está preparado(a), mantente al margen en sus momentos de meditación o de desahogo a menos que te pida que permanezcas a su lado, puedes preguntar; deberías estar siempre dispuesto a escuchar, a escuchar realmente, no a oír mientras piensas en una respuesta; y sobre todo PARA, RESPIRA Y SUELTA, el proceso tienen que culminar, pero no depende de ti.
Te invitamos a compartir y conversar sobre tu experiencia en nuestro foro.
Si pasaste por una situación de pérdida, te invitamos a participar en nuestro curso “Enfrentando la partida de un ser querido”.
Es para ti si….
- Aún te cuesta aceptarlo
- Sientes que no puedes avanzar aunque deseas hacerlo
- Estás dispuesto a enfrentar la situación aunque sea doloroso
- Necesitas tomar nuevas fuerzas y volver a vivir.
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