Mejor sin armadura  

Mejor sin armadura

Mejor sin armadura….¿En qué momento decidimos hacer el camino llenándonos de cargas y de maletas que a lo largo de la vida tomamos y no dejamos…? Me cuestiona la forma en que decidimos asumir nuestro camino y nos ponemos una armadura gruesa y resistente a amar, sentir, respirar, a vivir; vistiéndonos con capas de lo que nos ha costado ser, pero sobre todo de lo que nos ha dolido y que ha fracturado nuestra capacidad de perdonar, de sacudirnos y seguir adelante. 

Hoy nuestro caminar está lleno de vacíos y expectativas de vida que cuestionan nuestras relaciones, y no nos permiten mirar más allá de lo que es evidente a nuestros ojos, porque ser resistentes o fuertes es lo que nos hace valientes, nos ponemos capas de rencores, desamores, desilusiones y no permitimos que lo real e importante en las cosas sencillas y bellas de nuestro diario nos motiven a entregar todo lo que somos capaces de mostrar desde nuestro ser. 

Es importante aceptar lo que hemos vivido para aprender, formarnos o sorprendernos; pero no para hacernos resistentes a la bondad de lo sencillo, lo apasionante de una buena conversación, lo bello de un suspiro, la melodía de una buena canción y a respirar sin contenernos cuando nos dejamos llevar por ese aroma que nos encanta y nos colma de recuerdos. Llenémonos de sonrisas y carcajadas hasta reventarnos de emoción y reconozcamos hasta en lo más simple la grandeza de la simple. 

Amemos desde el corazón, con la capacidad profunda y hasta absurda de sentir y de llenarnos de lo bueno que puede tener el reconocimiento de lo real e importante… Mejor sin Armadura!!

No olvidemos esos seres que caminan a nuestro lado sin dejar de brindarnos una mano para apoyarnos o seguirnos hasta el final, armémonos de vida, de esperanza en que el amor todo lo puede y que el corazón quita desde lo más profundo no sólo las capas que tenemos, sino el panorama que a veces se oscurece en nuestro horizonte.

No nos cansemos de hacer el bien y de ver en lo que nos rodea la grandeza de los buenos momentos, pero, sobre todo, los maravillosos e inolvidables pensamientos que nos llenan de sonrisas o gratitud al vislumbrar un futuro lleno de esperanza, con la garantía de que sacudirnos las cargas y quitarnos las armaduras que tanto nos pesan nos llevarán a la victoria de llenarnos de amor, pero sobre todo de VIDA y ESPERANZA. 

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