Protejo mi salud mental pensando en lo bueno
La ley 1616 de salud mental de Colombia define la salud mental como un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y la interacción. De tal manera, permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida cotidiana, para trabajar, establecer relaciones significativas y para contribuir a la comunidad.
La prevención de la enfermedad mental hace referencia a impactar los factores de riesgo relacionados con su ocurrencia. Enfatiza en el reconocimiento temprano de factores protectores, de riesgo y en su automanejo de los individuos, la familia y su entorno social.
La enfermedad mental es una alteración que se manifiesta en trastornos del razonamiento, del comportamiento, de la facultad de reconocer la realidad y de adaptarse a las condiciones de la vida.
En su libro ¿Quién me desconecto el cerebro? La Dra. Caroline Leaf, neurocientífica, escribe sobre cómo controlar las emociones y los pensamientos tóxicos. Cómo los cambios en el pensamiento realmente modifican el cerebro y pueden efectuar cambios de comportamiento. Leaf menciona que sin duda esos pensamientos pueden ser superados por medio de la renovación de la mente hacía la verdad. Agrega que la ciencia demuestra que al trabajar con la programación de nuestro cerebro, el cambio sostenido y vivificante es en verdad posible.
Los pensamientos liberan diferentes cantidades de sustancias químicas en el cerebro. Según la clase de pensamiento, ya sea positivo o negativo, tendrá una estructura diferente causada por estas sustancias. Estos, al igual que las emociones son muy importantes debido a que se encuentran entrelazados y son inseparables. Con ellos proyectamos cosas buenas o malas que pueden sucedernos, tendremos hábitos de vida saludables o no.
De ahí que, nuestras acciones son el resultado de las ideas albergadas en nuestra mente. Terminamos siendo lo que pensamos que somos.
Las obras grandes y maravillosas se iniciaron con un pensamiento. Lo bueno como lo malo también se inicia con un pensamiento. Cuidar nuestra salud mental parte de identificar aquellas ideas que acumulamos en la mente. Pensamientos agradables que conllevan a acciones positivas o, por el contrario, ideas tóxicas que desencadenan emociones negativas y de ansiedad.
Pensar en cosas buenas como tener una buena salud, una buena educación, un buen trabajo, tener una vida significativa, prosperidad en todas las áreas de nuestra vida, visualizar nuestros sueños, el descanso, el amor, la fe, la esperanza y espiritualidad contribuye al cuidado de la salud mental.
Pasar momentos especiales con la gente que amas, tener paz, buena música, deportes, ver un amanecer, un atardecer y agradecer todos los días de nuestra vida son acciones indispensables que nos llevan a prevenir enfermedades en nuestro cerebro.
Sí, es posible programar la mente hacia lo bueno. Esto permitirá sembrar en nuestro corazón semillas de fe que nos llevarán a declarar audiblemente todo lo que es beneficioso y próspero para nuestra vida.
Todos tenemos una experiencia de vida en cada etapa de nuestra existencia, desde la concepción hasta la vejez, que seguramente ha definido nuestros pensamientos y nuestras emociones. Hemos programado nuestra mente para lo bueno o para lo malo. Sin embargo, en nosotros reside la capacidad de cambiar, de renovar nuestra mente al filtrar nuestros pensamientos, sanar nuestras emociones y activar nuestra voluntad.
Negar nuestras emociones bloquea el flujo adecuado de las sustancias químicas a nuestro cerebro e influye en nuestro comportamiento.
Existen dos tipos de emociones cada una con sus ramificaciones. El amor y el miedo. El amor contiene gozo, confianza, paz, bondad, paciencia, amabilidad etc., que actúan como factores protectores. El miedo contiene amargura, enojo, odio, enojo, ira, ansiedad, culpa, vergüenza, incompetencia, depresión etc. actúan como factores de riesgo que dañan severamente nuestra mente y nuestro cuerpo.
“Porque tal es su pensamiento en su corazón, tal es él”. Esta frase es una palabra real y tangible en nuestra vida.
Referencias Bibliográficas
- Caroline Leaf. ¿Quién me desconectó el cerebro?. Editorial Unilit. Medley. 2013.
